En varias ciudades de México, los condominios están transformando la forma en que gestionan sus espacios y recursos. La tendencia hacia la sostenibilidad está marcando un cambio significativo en la administración de edificios residenciales, con iniciativas que benefician tanto a los residentes como al medio ambiente.

Uno de los ejemplos más destacados es la instalación de paneles solares en edificios en la Ciudad de México y Guadalajara, que permite a los residentes disminuir el costo de sus servicios eléctricos. Además, algunos complejos han incorporado sistemas de recolección de agua de lluvia, ideales para zonas con temporadas de sequía.

Por otro lado, el diseño de áreas verdes y jardines compartidos no solo mejora la calidad del aire, sino que también fomenta la interacción entre los vecinos. “Estas áreas son más que espacios recreativos, son lugares donde los residentes conectan y crean comunidad”, comenta José Hernández, administrador de un conjunto residencial en Monterrey.

Según expertos, estos cambios no solo reflejan una mayor conciencia ambiental, sino que también responden a la demanda de compradores jóvenes que priorizan valores de sostenibilidad al elegir su lugar de residencia.

El futuro de los condominios en México parece estar ligado a la innovación y a una mayor integración con el entorno natural, demostrando que vivir en comunidad puede ser compatible con el cuidado del planeta.