Greenpeace ha manifestado su preocupación ante la inminente edificación de un complejo residencial en una región costera de alta sensibilidad ecológica. Según la organización, este proyecto podría tener consecuencias negativas para el medio ambiente, afectando tanto a especies terrestres como marinas que habitan en el área.

La construcción de infraestructuras en zonas cercanas a la costa puede provocar la destrucción de hábitats naturales, la erosión del suelo y la contaminación de cuerpos de agua debido al vertido de residuos y productos químicos. Estos factores contribuyen a la degradación de ecosistemas frágiles y ponen en peligro la supervivencia de diversas especies.

Greenpeace hace un llamado a las autoridades competentes para que revisen detalladamente los permisos otorgados para este tipo de proyectos y evalúen su impacto ambiental. La organización enfatiza la importancia de implementar políticas de desarrollo sostenible que armonicen el crecimiento urbano con la conservación del medio ambiente.

Este caso resalta la necesidad de una planificación urbana responsable y consciente de la riqueza natural de las zonas costeras, promoviendo alternativas que minimicen el impacto ambiental y fomenten la protección de los ecosistemas.