Los condominios en Latinoamérica tienen una historia relativamente reciente, pero han evolucionado de manera significativa a lo largo de las décadas. A medida que la urbanización se intensificó en el siglo XX, especialmente en países como México, Brasil y Argentina, la figura del condominio surgió como una solución habitacional eficiente y compartida.

Durante la época colonial, las encomiendas eran la forma predominante de organización territorial, y no existía la copropiedad como la entendemos hoy. Fue en las décadas de 1940 y 1950 cuando las ciudades comenzaron a crecer y a demandar nuevas formas de vivienda. Sin embargo, no fue sino hasta los años 60 y 70 que surgieron las primeras leyes de propiedad horizontal, que formalizaron el régimen de condominios.

El crecimiento económico de las décadas de 1980 y 1990, impulsado por la globalización, consolidó a los condominios como una opción de vivienda accesible y deseada. Hoy en día, los condominios en Latinoamérica no solo son una opción de vivienda eficiente, sino que también reflejan las tendencias de sostenibilidad y la integración de tecnologías modernas, con proyectos de lujo y de uso mixto en pleno auge.

Este recorrido histórico nos muestra cómo los condominios han pasado de ser una novedad a una parte esencial del paisaje urbano en la región.