La arquitectura latinoamericana ha alcanzado nuevas alturas en 2024, con ciudades compitiendo por redefinir sus horizontes urbanos mediante la construcción de imponentes rascacielos. Estos edificios no solo simbolizan el progreso económico, sino que también representan avances en diseño y sostenibilidad.

Según el Council on Tall Buildings and Urban Habitat (CTBUH) y la revista “Construcción Latinoamericana”, los diez edificios más altos de la región son: 

La arquitectura latinoamericana ha alcanzado nuevas alturas en 2024, con ciudades compitiendo por redefinir sus horizontes urbanos mediante la construcción de imponentes rascacielos. Estos edificios no solo simbolizan el progreso económico, sino también avances en diseño, eficiencia energética y sostenibilidad.

La Torre Obispado, ubicada en Monterrey, México, se posiciona como el edificio más alto de América Latina con 305 metros de altura, dedicada a usos comerciales y de oficinas. Le sigue de cerca el Costanera Center en Santiago de Chile, con 300 metros, que combina espacios comerciales, oficinas y hotelería.

Brasil también destaca con One Tower, en Balneário Camboriú, que alcanza los 290 metros y está destinado al uso residencial. En Panamá, el JW Marriott se eleva hasta los 284 metros y combina residencias de lujo, oficinas y hotel.

Otro edificio emblemático es el Yachthouse Residence Club en Brasil, que alcanza los 281 metros, consolidándose como un referente de la arquitectura residencial de alta gama. En México, la Torre KOI, de 279 metros de altura, refuerza el perfil moderno de Ciudad de México.

Costa del Este, en Panamá, alberga la Torre Vitri, con 275 metros de altura, diseñada exclusivamente para el uso residencial. También en Ciudad de México, la Torre Mítikah se convierte en un ícono con sus 267.3 metros de altura destinados a espacios residenciales, comerciales y de oficinas.

El Bicsa Financial Center en Ciudad de Panamá, con 267 metros, destaca por su elegante combinación de usos residenciales, comerciales y hoteleros. Finalmente, en Guayaquil, Ecuador, The Point, con 266 metros, se consolida como la torre más alta del país, dedicada al uso residencial.

Estos rascacielos no solo impresionan por su tamaño, sino también por su aporte a la modernización urbana y su apuesta por construcciones sostenibles. Además, se anticipa que en los próximos años, nuevos proyectos como la Torre Rise en Monterrey, con 475 metros de altura proyectada, cambiarán nuevamente el ranking y seguirán marcando la tendencia de verticalización en las principales ciudades latinoamericanas.