En medio de la difícil situación económica que atraviesa Venezuela, muchos caraqueños han acumulado deudas en el pago de sus condominios, poniendo en riesgo el mantenimiento y funcionamiento de los edificios. Como respuesta a esta problemática, algunas comunidades han optado por una solución poco convencional pero efectiva: permitir que los propietarios cancelen sus cuotas atrasadas mediante trabajo comunitario.

Esta iniciativa ha tomado fuerza en varios sectores de la ciudad, donde las juntas de condominio han llegado a acuerdos con los residentes morosos para que realicen labores como limpieza de pasillos, recolección de basura, pintura de fachadas, reparación de tuberías e incluso labores de seguridad en turnos organizados. De esta manera, no solo se alivia la presión financiera sobre los habitantes, sino que también se fomenta un sentido de pertenencia y colaboración dentro de la comunidad.

“Muchos vecinos han perdido sus empleos o tienen ingresos muy bajos, por lo que pagar el condominio a tiempo se les hace difícil. Con este sistema, pueden contribuir con su trabajo y evitar problemas legales o la suspensión de servicios comunes”, comentó María González, administradora de un edificio en el centro de Caracas.

Sin embargo, la medida no está exenta de polémica. Algunos vecinos consideran que podría generar desigualdad o conflictos en la comunidad, mientras que otros temen que sea una solución temporal que no ataque el problema de fondo: la falta de estabilidad económica y la inflación.

A pesar de ello, muchos caraqueños han visto con buenos ojos la posibilidad de saldar sus deudas de manera alternativa y seguir disfrutando de los servicios del edificio sin mayores inconvenientes. Esta estrategia, aunque no es nueva en algunos países, es una muestra de cómo la creatividad y la solidaridad pueden ofrecer soluciones ante la crisis.

¿Podría este modelo extenderse a otras comunidades? Por ahora, parece ser una opción viable para muchos condominios que buscan mantenerse a flote en tiempos difíciles.